Fundación Cruzcampo | Sevilla

Además de lo agradable del lugar, lo que más me ha llamado la atención son los camareros, jóvenes estudiantes a los que se le nota el esfuerzo para que salga todo bien. Es un verdadero placer que te atiendan con tanto mimo y profesionalidad, que no tienen que ir corriendo porque son un grupo grande y pueden atender bien a todo el mundo.

Comida: todo lo que probé estaba delicioso: serranito, rollito de espinacas, buñuelos de bacalao (mi favorito) y un arroz meloso. Muy rico también el culant de chocolate y frambuesa, se notaba artesanal. Salían muchas croquetas, que las probaré la próxima vez.

La pega que le puedo sacar es que los platos son bastante pequeños, por lo que hay que gastarse un dinerillo para saciarse. Aunque si te lo puedes permitir, esto también te permite probar varios platos, claro.

Más detalles, sigue leyendo.

Reservamos para un grupo de 12.
Proceso de reserva muy bien, personal amable que además atendió a peticiones especiales de cambio de platos por temas de alergias. Ahí 5⭐️.

Atención en local muy buena también. El personal estupendo, atento, educado, paciente (atender a 12 personas puede ser una lata y no somos precisamente un grupo tranquilo). 5⭐️.

Platos: Aquí es donde la cosa patinó de lleno. No dudo de la habilidad culinaria del equipo de cocina, que seguro que se esfuerza al máximo en hacer los platos, pero el diseño del menú nos pareció pobre, algunos de los platos muy escuetos y los sabores, sobre todo teniendo en cuenta que van marinados con cerveza, muy planos. El menú concluyó además con un postre que no nos gusto a la mayoría, una especia de helado tipo Magnum blanco que sabía a una tonelada de azúcar con kilos de endulzante.
Platos:
– Especie de pasta filo hecha de anchoas y parmesano. Rica aunque como comer aire.
– Mejillones en escabeche con toque de naranja. Esto no gustó a casi nadie. A los que no podían comer mejillones pusieron papas aliñadas con melva o una ensaladilla con pulpo.
Esto estaba mejor que los mejillones.
– Lentejas con salmón ahumado, mandarina y salsa de mango (creo). Plato con poco sabor que no gustó a casi ninguno del grupo. Las lentejas estaban un poco duras y con un sabor muy raro.
– Carrillada con una especie de puré de patatas. Este plato gustó mucho más. La alternativa para los que no comían carne fue un arroz con brócoli muy rico.
– Caballa con pico de gallo y salsa holandesa sobre panecillo. Bastante mejor que los anteriores, pero tampoco riquísimo.
– Helado de chocolate blanco excesivamente dulce que no gustó demasiado.
2⭐️

Relación calidad y precio: Si para colmo se tiene en cuenta que el precio del menú es de 35€ por persona (pagamos al final 40€ por los añadidos de cervezas previas y café), me parece una tomadura de pelo. Hay muuuuchos sitios en Sevilla en los que se come de forma espectacular a 40€ por persona. 1⭐️

Baños: La disposición de los baños es regular y la limpieza no era tampoco la esperada para un lugar tan grande. 2⭐️

Finalmente, decir que en la planta de arriba había un evento de Red Bull con muchísimo ruido que hacía, en ciertos momentos, imposible escucharnos unos a otros hablando y que fuera muy incomodo. Había una banda tocando y gente hablando por un micro. No sé, creo que no es lo más ideal.