Experiencia agridulce. El bacalao gratinado muy rico, pero el lacón estaba, sin duda alguna, en mal estado. La camarera se lo llevó de vuelta a la cocina con un siento que no le haya gustado». No era una cuestión de gustos, solo había que oler la carne.

Jordi Sillero

Experiencia bastante decepcionante, no cumple con las expectativas que puede crear o dar a entender.

Se nos atendió desde el primer momento y de forma rápida, de forma muy amable. Pero a partir de ahí, hay demasiadas taras en el servicio. La mesa para 10 la solventaron con 3 mesas cuadradas, haciendo falta 4 para ir bien de espacio.

El camarero, aunque muy amable, no estaba enterado de nada. Primeramente no conocía los platos y su composición, y cuando le preguntamos algo respondía sin saber de qué hablaba (la respuesta que nos daba no se correspondía con la realidad). No fue capaz de señalar que los platos que se había pedido una de las peques llevaba bastante picante, y a duras penas se lo pudo acabar. Pedí el plato de Sardina que había en el menú, cuando estábamos pidiendo los primeros, y me trajo unas sardinas en lata de conserva. Tuvimos que pedirle rectificación. La Carne ao Caldeiro no tenía nada especial, sólo carne cocida.

Nota positiva para la Ralla y el Secreto, además de la Presa. Fallo con las Croquetas, que se pidieron con patatas para una niña pequeña y la rectificaron con fideos de arroz. Las patatas bravas, aunque originales, frías no valen nada

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