Restaurante José Alberto | Sevilla
| Nombre | Valoracion | Comentario |
| Ignacio Ortega Mancera | 2 | La comida estaba bien, de precio también.
Pero hubo ciertos puntos que me hacen rebajar mi puntuación: 1. Debería informar en alguna parte que si quieres comer arroz los fines de semana has de encargarlo. 2. El establecimiento no está preparado para tener parrillas en mesa, no tiene ventilación ni extracción, aquello parece la niebla de stephen king con olor a carne, sales de allí con olor a carne en la ropa aunque no pidas la parrilla. 3. Tras insistir varias veces por el último plato que nos faltaba, que tardaron MÁS DE UNA HORA en servir, lo trajeron diferente a como lo pidió mi amiga y las patatas frías. Para colmo era el plato más tonto de todos pues se trataba de un entrecot que te lo sellan y lo sirven para terminarlo tú en mesa. No requería elaboración alguna, todos terminamos de comer y pasado un buen rato pudo comer mi amiga. No le pongo una estrella porque los que pudimos comer a una hora normal nos pareció rica la comida y de precio es razonable. |
| Emma Alcántara | 3 | Se come bien y atención de los camareros buena. Pero pedimos un arroz marinero para 3 y apenas llenábamos el plato. |
| Angela Leal | 1 | Decepcionante. Sevilla Este está llena de cervecerías y bares donde sin duda os atenderán mejor. Buen intento de parecer una cervecería de calidad, pero es fachada. Las raciones de pescado muy escasas. Más bien el tamaño de media ración. La otra mitad del plato son patatillas de paquete y más bien pasadas. La ensaladilla es todo mayonesa y dos gambas. Tardaron más de media hora en servir un chuletón de ternera que en realidad se sirve prácticamente crudo para terminar al gusto en una plancha en la mesa. Pedimos al finalizar la comida unos chupitos de licor. Por error nos los trajeron de tamaño copa que por supuesto cargaron en la cuenta, cinco euros por copa. Un detalle muy feo después de una comida de 200 euros y una cena la noche anterior por 100 euros. Ni una delicadeza. Lo peor fue la contestación del camarero que decía que él no sabía nada y se limitaba a cobrar lo que ponía. Para rematar nos preguntó qué de dónde éramos! |
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